Wednesday, July 22, 2009
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New York, Junio 06, 2009
Credibility Team:
Una y mil veces discutimos si correr un reservoir o un loop
Una y mil veces discutimos cual es la mejor rutina
Cada nueva carrera nos hacemos las mismas preguntas.
Nos hemos sentado en una mesa a discutir la forma en que íbamos a correr la maratón, y cuando llegamos a Queensboro Bridge nos dimos cuenta que el factor mental y anímico es fundamental después de gastarnos parte de la energía.
Después de tantos años, nos terminamos preguntando lo mismo:
Y la pregunta esencial es: “para que o por que corremos”? Para hacer un buen tiempo, para ganarle a alguien, para pasar un buen momento, para ser como el del anuncio de la tv. Las opiniones son diversas, y aun no encuentro la adecuada.
Creo que los momentos que he vivido corriendo con uds. en Central Park son tan emocionantes como haber pasado la línea de llegada aquel Noviembre de 2007 después de mas de 5:30 hs de corrida, y creo que eso fue algo muy groso. Recuerdo llegar a Central Park sintiendo las piernas entumecidas y los dolores de espalda agradecidamente disipados gracias a las bondades medicinales de nuestro amigo el doctor Garro: A mi criterio llegar a Central Park fue la primera gran alegría antes de la llegada.
De que sirve todo este desgaste, toda esta energía dejada en 26 millas de calles neoyorkinas vivamente alentados por niños y gente que vocifera en diversos idiomas y acentos?
Aquella tarde de otoño me dejo un gran recuerdo, la ciudad estaba gris y los árboles estaban pelados, aunque mas tarde el cielo celeste y diáfano se puso como telón de fondo en las largas rectas dentro de Manhattan después de dejar atrás las tres millas del puente, primero corriendo hacia el norte por la primera avenida y luego, después de unas curvas escabrosamente siniestras para nuestras rodillas y con la vista cansada clavada en los pisos metálicos de los puentes del Bronx seguimos corriendo la ultima recta hacia el sur.
Después de ver gente con banderas, padres con niños en sus hombros y el colorido aliento de los latinos (a la voz de grande Che Guevara) nos quedaba delante el Central Park y, detrás nuestro, mas de 4 hs de padecimiento constante, cálculos con los relojes y paradas en estaciones de hidratación. El cuerpo ya empezaba a padecer, y el golpe de los pasos sobre el pavimento transmitian dolor punzante a nuestras rodillas. Pese a eso el día dejaba de ser gris y el cansancio comenzaba a tener un leve acento a adrenalina que, gracias a la visualización del parque, nos inspiraba a poder llegar corriendo las ultimas 6 o 7 millas que faltaban. Después vimos la bandera argentina y nuestros amigos que nos dieron el ultimo empujón, aun nos quedaba el Central Park...................y mas alla la Linea de Llegada.........
Después de unos años me sigo preguntando lo mismo: “para que corremos”?.
Creo que en lo sentimental esta lo mejor de uno en dedicárselo a alguien o sentir que esa persona nos ayuda o nos inspira, siempre uno quiere dedicarle algo groso a sus seres queridos. Tambien creo que hay algo mas, algo que va mas alla de lo sentimental, algo que tiene que ver con uno. Apoyo mucho a los que dedican sus loas y el poder ver la parte emotiva de todo esto, pero es recurrente en mi la idea a otro tipo de sentimiento, algo que se siente en el momento anterior a la llegada, justo cuando luchas contra el cansancio, cuando estamos en la calle corriendo, y cuando te duele a morir esa puntada que te aniquila la sonrisa de la cara, y todo es garra para poder llegar, creo que ahí, creo que en ese preciso momento: corremos por nosotros mismos.
el Tincho
CT comenzó como un encuentro recreativo y de ocio combinando corridas de poca monta, sano humor y café con croissants en bakeries aledaños.
Estos encuentros fueron originarios de dos de sus componentes, Master y Garrón, quienes disfrutaban hasta ese entonces corriendo desde la 107 hasta la 103, cruzaban hacia el lado este y volvían al punto de origen: se mataban, bah!
El espíritu de real competencia comienza a partir de la llegada de Carlos, quien era visto en Central Park corriendo acompañado de señoritas, siempre diferentes. Había generado gran admiración. Tiempo después nos confesó que estaba buscando co-equiper para entrenar y las chicas provenían de un post para ese fin, con lo cual se nos cayó el ídolo, aunque con el tiempo bien se supo ganar ese lugar. Al llegar Carlos, trajo consigo una sede: el Deli de 108 y Central Park West.
Junto con Carlos hicimos cosas antes inalcanzables, por ejemplo, un día corrimos un Loop………..
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